La hoguera de las vanidades – elConfidencial.com
Pero Rajoy había jugado sus cartas, en el último minuto de la partida, y cuando quedaba muy poco tiempo para empezar la partida definitiva, la de las elecciones. “Nos hemos equivocado”, reconocían fuentes de Génova 13, “no en la decisión, sino en el momento de tomarla”. “Rajoy ha hecho un ejercicio de autoridad en el momento más inoportuno posible”, afirmaba un miembro de la Dirección. Los foros del PP echaban chispas. Había que amortiguar el efecto de la decisión y Rajoy no se le ocurrió nada mejor que recurrir, de nuevo, a la otra noticia estrella de la semana: Manuel Pizarro. Pero Pizarro se ha convertido, gracias a todo este enjuague de ambiciones y vanidades, en la gran esperanza del PP. Ha nacido un líder sobre las cenizas de unos cuantos. El PP ya tiene su Sarkozy, y tal y como ha quedado el partido después de esta crisis, si el PP pierde las elecciones, puede ser que el último afiliado acabe siendo el líder del centro-derecha.