Esta es una ¿noticia? divertidísima porque es como una espiral de contradicciones. El País titula:
La élite científica desautoriza a sus colegas antiabortistas
Directores del CSIC y premios nacionales denuncian la «utilización ideológica y partidista de la ciencia» por los impulsores de la ‘Declaración de Madrid’
El contramanifiesto se titula En contra de la utilización ideológica de los hechos científicos, y va firmado por un premio Príncipe de Asturias, Ginés Morata; tres premios nacionales de investigación o medicina Jesús Ávila, Carlos Belmonte y Carlos López Otín; tres directores de grandes institutos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Ferrando Hiraldo, Vicente Larraga y Juan Lerma; el presidente de la Sociedad Española de Neurociencias, Roberto Gallego, y otros siete investigadores de prestigio.
¿Y quién es esta élite?
Ginés Morata: Profesor de Investigación del CSIC. Premio Príncipe de Asturias. Se dedica al estudio de la arquitectura biológica de la mosca Drosophila melanogaster. Según las propiedades del documento de Word del manifiesto, es el autor.
Jesús Ávila: Profesor de Investigación del CSIC. Premio Nacional de Investigación. Su trabajo se centra en el estudio de los procesos neurodegenerativos cuyo paradigma puede ser la enfermedad de Alzheimer.
Carlos Belmonte: fue director del Instituto de Neurociencias de Alicante y es catedrático de fisiología de la Facultad de Medicina de de la misma ciudad.
Carlos López Otín: catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la facultad de Biología de la Universidad de Oviedo.
Fernando Hiraldo: el encargado de los linces de Doñana.
Vicente Larraga: miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Academia de Ciencias de Nueva York (Estados Unidos).
Juan Lerma: director del Instituto de Neurociencias (IN) fue oficialmente fundado en febrero de 1990, por el Gobierno Autonómico de la Generalitat Valenciana, como un Instituto Universitario perteneciente a la Universidad de Alicante. Bernat Soria es catedrático de Fisiología de la Universidad de Alicante y fue decano de la Facultad de Medicina antes de la segregación de dicha Facultad a la Universidad Miguel Hernández de Elche. También es donde trabaja Carlos Belmonte.
Roberto Gallego: Catedrático de Fisiología en la Facultad de Medicina de la Universidad Miguel Hernández de Elche, (la de Bernat Soria). Presidente de la Sociedad Española de Neurociencias y miembro del del Instituto de Neurociencias, el mismo de Juan Lerma y Carlos Belmonte.
Los demás son:
• Jesús Avila, Profesor de Investigación del CSIC. Premio Nacional de Investigación
• Jose Borrell, Profesor de Investigación del CSIC . Ex Director del Instituto Cajal
• Amparo Cano, Catedrática de Bioquímica
• Elena Hernandez Sandoica, Catedrática de Historia. Ex vicerrectora de la UCM
• Federico Mayor Menéndez, Catedrático de Bioquímica
• M. Angela Nieto, Profesor de Investigación del CSIC. Premio Cobos de Investigación Biomédica
• Jose Luis Peset, Profesor de Investigación del CSIC.
Punto pelota. Como veis hay tres que están ligados al ministro del ridiculum vitae, uno que ya se puso en evidencia desautorizando el anuncio del lince porque era de una especie no española (y seguramente el niño era danés) y todos ellos muy respetables. Pero, ¿esto es la élite científica?
El manifiesto firmado por los científicos que defienden que la vida comienza con la concepción tiene entre sus firmantes a 2.000 científicos. Al margen del número, me voy a fijar exclusivamente en catedráticos (la élite de la Universidad) y profesores titulares, la segunda categoría tras los catedráticos. Y dentro de los catedráticos y titulares sólo menciono a los que lo son en materias cercanas a la genética y omito a los que están en universidades cristianas (es una discriminación pero me la puedo permitir):
Nicolás Jouve de la Barreda: Catedrático de Universidad de Genética, Universidad de Alcalá
Francisco Abadía Fenoll: Catedrático emérito de Biología Celular, Universidad de Granada
César Nombela: Catedrático de Universidad de Microbiología, Univ. Complutense; Académico de Número de la Real Academia de Farmacia
Pascual Vicente Crespo Ferrer: Catedrático de Universidad de Biología Celular, Univ. de Granada
José Manuel García López: Catedrático de Universidad de Histología, Univ. de Granada
José Antonio Abrisqueta Zárrabe: Real Academia de Farmacia, investigador del departamento de Fisiopatología y Genética Molecular Humana del CSIC, Premio Internacional Reina Sofía de Investigación, Profesor de la Cátedra de Genética y Vida Humana de la Universidad de Monterrey, profesor de la Universidad Pontificia Comillas
Antonio Almendros Gallego: Profesor Titular de Universidad de Universidad de Biología Celular, Univ. de Granada
Ruth Calvente Iglesias: Profesora Titular de Universidad de Biología Celular, Univ. de Granada
Eduardo Fernández Segura: Profesor Titular de Universidad de Biología Celular, Univ. de Granada
Francisco Abadía Molina: Profesor Titular de Universidad de Biología Celular, Universidad de Granada
Javier Alba Tercedor: Catedrático de Universidad de Biología Animal, Univ. de Granada
María del Remedio Vidal Bernabé: Profesora Titular de Universidad de Biología Celular en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada
Felipe Pascual Torres: Catedrático de Universidad de Biología Animal, Univ. de Granada
Javier Cañizares García: Profesor Titular de Universidad de Histología, Univ. de Granada
Angustias Cubero Sánchez: Profesora Titular de Universidad de Histología, Univ. de Granada
Miguel Alaminos Mingorance: Profesor Titular de Universidad de Histología, Universidad de Granada
Luís Franco Vera: Catedrático de Universidad de Bioquímica, Univ. de Valencia, Académico de la Real Academia de Ciencias
José Manuel Vieitez Martín: Catedrático de Universidad de Zoología, Univ. de Alcalá
Juán Antonio Martín Sánchez: Catedrático de Universidad de Genética, Univ. de Lleida
Ramón Giráldez Ceballos Escalera: Catedrático de Universidad de Genética, Univ. de Oviedo
Manuel Vijande Vázquez: Catedrático de Universidad de Fisiología Humana, Univ. de Oviedo
Pilar García de la Puerta: Catedrática de Biología
M Carmen Brasa Gómez: Catedrática de Biología, Alcalá de Henares
M. Carmen Alvarez Herrero: Catedrática de Universidad de Genética, Univ. de Málaga
Y ya me he cansado porque es interminable.
Es decir, la élite de 14 frente a la multitud de expertos que defienden que la vida comienza en la concepción se convierte en ridícula.
En segundo lugar: El País presenta el manifiesto de los 14 como una defensa de la ciencia frente a la «utilización ideológica y partidista de la ciencia». Menuda broma.
La Declaración de Madrid firmada por 2.000 académicos, que pretende fundamentar su rechazo a la reforma del aborto en «los conocimientos más actuales de genética, embriología y biología celular», no ha gustado lo más mínimo a los principales expertos en esas disciplinas. Aprecian en este asunto una «creciente utilización ideológica y partidista de la ciencia», y desautorizan a sus colegas por disfrazar como argumentos científicos lo que sólo puede pertenecer al «ámbito de las creencias personales, ideológicas o religiosas».
Ya vemos que lo de principales expertos es una mentira descarada del periódico y a continuación dice que no hay argumentos científicos para decir cuándo empieza la vida humana. Ahora sí que estoy estupefacta porque, ¿cualquiera puede decir que la vida humana empieza a los 25 años, por ejemplo, con la misma autoridad que estos 14? ¿La catedrática de historia y el del lince tienen la misma autoridad científica que una catedrática de genética? ¿La vida humana es un asunto de creencias personales ideológicas o religiosas? ¿Lo ponemos a votación o lo deciden las autoproclamadas élites? ¿Están bien de la cabeza?
27/03/2009 a las 18:09
Lo curioso es que lo que vienen a decir es que la ciencia no sabe cuando un humano es humano, que todo depende de la opinión. Mucho más que comparar curricula de científicos (daría igual que uno solo tuviese razón y los demás estuviesen equivocados) lo interesante es que lo que vienen a decir es que la ciencia no sirve como método para identificar un individuo como perteneciente a una especie determinada. Es decir, un ser generado a partir de los gametos de dos seres humanos, cuyo material genético puede identificarse como humano, que si se deja a su desarrollo dará lugar a un ser humano… igual no es humano, salvo que lo interpretes con una ideología o una religión. ¿Qué será? ¿Un mosquito? A ver si el lince va a ser un elefante!
27/03/2009 a las 23:33
Me alegro de que ya vuelva a estar tu blog en línea, Montse.
El manifiesto que ha ventilado El País es el mayor disparate anticientífico que he leído en mucho tiempo. Lo que me pregunto es qué sacarán mañana en portada. ¿Anunciará solemnemente El País un manifiesto defendiendo que la Tierra es plana? 🙂
28/03/2009 a las 00:15
Buena muestra de razonamiento racional (lo digo así, porque podría ser un oxímoron para alguno de los 14 de la élite nombrada por los ideólogos de «El País»). Muchas gracias -además- por dejar pensar. Un cordial saludo.
28/03/2009 a las 01:37
plana? ay esos complejos… al final, siglos despues como es costumbre, la iglesia aceptara el condon y aqui no ha pasado nada. Amen
28/03/2009 a las 17:09
No sé por donde empezar… Lo que has usado para escribir esta cosa se llama Falacia ad hóminem:
http://es.wikipedia.org/wiki/Falacia_ad_hominem#Falacia_ad_h.C3.B3minem
Muy fea, por cierto.
Lo que dicen estos 14 científicos es que no debe utilizarse la ciencia para aceptar o rechazar opiniones.
Un científico puede pensar que dos células son un ser humano y otro que no son más que un par de células.
La ciencia dice que dos células son dos células y explica las características de éstas objetivamente. La ciencia no puede decir si dos células pueden o no considerarse un ser humano.
Ellos no dicen que los científicos deban pensar que dos células no son un ser humano. Dicen que eso es solo una opinión personal, no ciencia.
Si no eres capaz de entender esto… ¿Estás tú bien de la cabeza?
28/03/2009 a las 18:52
Un ser humano, con sus derechos y obligaciones noes una categoría cientifica, sino legal y son las leyes aprobadas democráticamente la que conceden el estatus de ser humano.
La falacia del continuo está ya muy vista y usada. Una castaña no es un castaño, aunque genéticamente pertenezcan tengan la misma dotación genética y, dejándola germinar y crecer se convierte en un castaño. Por eso las castañeras no tienen que pedir permiso a los gestores de medio ambiente para poder asarlas, pero el propietario de uncastaño sí debe pedir ese permiso para podarlo.
Cuando se está obcecado con la ideología y las falsas ideas suele ocurrir eso, se confunde y se comen encinas.
29/03/2009 a las 20:04
La falacia consiste, sobre todo, en que los del contramanifiesto saben cuándo empieza la vida, que es de lo que habla el manifiesto de Madrid, pero prefieren evitar el asunto y se refieren al «ser humano». ¿Por qué no responden a lo que dice el primer manifiesto en vez de dar una moralina sobre ciencia e ideología que, en primer lugar, deberían aplicarse? País!
29/03/2009 a las 21:55
Zapi, yo soy humana aunque por unanimidad el parlamento decida que no lo soy. Si tú sostienes que sólo son humanos los que la ley decida, en fin, no hace falta que te recuerde a un tal Hitler que eliminó la acepción de humano para la raza judía o la esclavitud que estuvo vigente tantos siglos y que lo sigue estando en algunos países musulmanes. La ley y la verdad no se identifican, el poder y la verdad tampoco.
29/03/2009 a las 22:11
Se me olvidaba: la castaña no es un castaño. Se diferencian, sobre todo, en que la castaña no tiene vida. ¿Una castaña germinada es un castaño? Según Zapi, ¿la respuesta es una categoría legal, no científica?
29/03/2009 a las 22:50
Sandra, tu argumento ya me lo ha dado algún amigo progresista (de los serios) y cuando se lo he vuelto del revés ha estado de acuerdo conmigo en estar en contra del aborto. ¿Sabes por qué?
El problema actual es sobre una norma legal que trata sobre un tema esencial: el momento en que comienza la vida humana. Por un instante, dejemos de lado que la evidencia científica (porque, lo aceptes o no, hay una mayoría -que no unanimidad- de científicos que lo afirma) apunta a que la vida humana comienza más o menos con el embrión fecundado. ¿Ok? Dejémoslo de lado. Así pues, estamos en una situación en que no hay un consenso claro: unos científicos dicen una cosa, y otros otra, ¿ok? Bien pues. La situación es que tenemos que hacer una ley que trata sobre este tema en el que los científicos no están de acuerdo, ¿vale? Pero tenemos la duda sobre cuál es la verdad, y como hoy día la «ciencia» es la referencia para la mayoría, pues como los científicos no se ponen de acuerdo, no sabemos si hay vida humana (un bien jurídicamente protegido) a partir de un momento X desde la fecundación (que conste que yo lo tengo muy claro, pero pongámonos en esta hipótesis que podemos compartir todos).
Y ahora veamos el problema normativo. Olvidémonos de matices como si es una ley de supuestos o de plazos. Imaginemos que el tema es radical: aborto prohibido por completo, o permitido por completo. En el fondo de eso se trata, aunque se intente diluir el debate público en minucias sobre la forma. Los que honestamente creen que no hay nada humano o protegible durante el embarazo lo que consideran es que debe haber aborto libre. Los demás creemos honestamente lo contrario desde la fecundación del embrión y consideramos todo aborto como un crimen. Así que dejémonos de matices.
Ahora, en esta hipótesis, estamos con que el Gobierno puede optar por la prohibición o la liberación total. Veamos qué pasaría con una u otra, y no olvidemos que los científicos en nuestra hipótesis no saben qué es lo correcto. Es una decisión política, pues.
Alternativa A: el Gobierno prohíbe el aborto. Y como es consecuente, para evitar el drama de muchas mujeres, inicia una política a largo plazo de apoyo a las familias, subvenciones, ayuda a las mujeres en graves dificultades, dinero para los recién nacidos, ayudas familiares continuadas para los cuidados sanitarios, apoyo en el empleo, escolarización, apoyo social, fomento de las adopciones, etcétera. Es decir, una política para que realmente nadie se quede en situación de dramática precariedad y falta de apoyos cuando tiene un embarazo. Y ahora, al cabo de 10 o 20 años, llegan los científicos y ¡eureka! Descubren con claridad y unanimidad que no sólo el embrión es un puñado de células desechables sino que incluso el feto es sólo un cacho de carne sin nada humano de interés hasta casi dar a luz. ¿Qué consecuencias habrá tenido este «error»? Pues que habremos pasado 10 o 20 años con un altísimo gasto público en sanidad y ayuda a las madres y a las familias, y que habrá habido muchos nacimientos en circunstancias difíciles pero que más o menos habrán salido adelante, así como miles o decenas de miles de niños-jóvenes-adultos nuevos en la población, que por otra parte también echarán una mano para sostener el gasto social cuando crecen.
Alternativa B: el Gobierno aprueba el aborto libre. Como es consecuente, el aborto se hace prácticamente libre y gratuito para todas las mujeres, y las mujeres abortan con tranquilidad y seguridad y pueden luego continuar con su vida profesional, sus carreras y sus relaciones según sus propios deseos y sin complicaciones ni responsabilidades ni riesgos para su salud. El gasto médico y social es prácticamente nulo, la política social funciona como un reloj y sin agobios económicos, y todos contentos. Y al cabo de 10 o 20 años así, llegan los científicos y ¡eureka! Descubren con claridad y unanimidad que no sólo el feto es un ser humano con sentimientos, cierto grado de conciencia e incluso personalidad, sino que incluso el embrión recién fecundado es persona y tiene derecho a ser protegido desde la concepción. ¿Qué consecuencias habrá tenido este «error»? Muy simple, habremos cometido un genocidio del que todos seremos culpables.
Ahora dime, Sandra, ¿con qué nos quedamos? Y si además tenemos en cuenta que la evidencia científica actual, a día de hoy y a pesar de la falta de unanimidad y de las discusiones, está más bien a favor de considerar que el ser humano aparece desde la fecundación (los genetistas lo tienen clarísimo y tienen mucho peso en la comunidad científica internacional), ¿cómo se puede hoy día pretender justificar el aborto? Incluso siendo honestamente escéptico respecto de la humanidad o los derechos del feto, NO se puede legislar sobre algo saltándose el principio precautorio, que obliga a que nadie, ni poderes públicos ni particulares, tomen ninguna decisión cuando exista la duda evidente de que alguien pueda ser dañado o morir como consecuencia de esa decisión. Ante la duda NO se puede elegir una opción en la que se sabe, y tú lo sabes Sandra, que quizás alguien vaya a morir. Sobre todo cuando elegir la opción alternativa sin riesgo de matar a nadie por error tiene como único problema el dinero, el coste económico que conllevaría una verdadera política SOCIAL Y PROGRESISTA.
30/03/2009 a las 12:07
El País me recuerda al «Völkischer Beobachter»; y su «comité de expertos» me recuerda al Ahnenerbe:
http://es.wikipedia.org/wiki/Ahnenerbe
El «reportaje» de El País de este fin de semana sobre el aborto es patético. Ahora resulta que los provida estamos contra una ley que, según El País, es más restrictiva que la actual. O sea, que, según El País, los provida somos tontos del bote, al ir contra una ley «más restrictiva». Prefiero leer Gara.
30/03/2009 a las 12:10
Ay Andrés, cuanta razón tienes y cuanto te enrrollas! Qué te parece así:
—¿Es bueno o es malo que haya abortos?
—Si es bueno, promovámoslo, si es malo desanimémoslo. Ni siquiera lo prohibamos. Línea antitabaco.
—¿En qué dirección vamos hoy? ¿En la de promover o en la de desanimar? O bien: ¿en qué lado estás, en el de animar el aborto o desanimarlo?
Mis amigos progres vienen a mi lado (la vida), no vuelven a sacar el tema, se ponen colorados, se cabrean (a nadie le gusta que le descubran los vicios) o te llaman facha (así hace la mayoría; es una pena).
01/04/2009 a las 00:36
Lógicamente el hecho de que haya abortos en si es malo porque indica que hay algo que falla, pero si es tan malo, si las cosas se plantean «aborto si, aborto no» yo creo que se ha tenido tiempo para manifestarse y criticar los sucesivos gobiernos que han apoyado o promovido el aborto (durante los años del PP, 500.000 abortos, pero claro, ellos no eran socialistas…), por tanto aqui solo veo, una vez más, el oportunismo político de unos cuantos.
¿En qué dirección vamos? Las cosas no van siempre hacia blanco o negro, ¿alguien ha comparado nuestra legislación sobre el aborto con la mayoría de países de Europa?
01/04/2009 a las 10:52
Thomas:
– me apuesto casi lo que quieras a que la mayoría de los lectores de Internet Política ABOMINAN de la política del PP respecto del aborto, yo el primero y desde hace muchísimos años, aunque algún que otro pepero se ha pronunciado claramente en contra (cosa mucho más rara de ver entre los socialistas, aunque muchos de ellos también sean antiabortistas en la intimidad). Y ha habido algunas manifestaciones durante el Gobierno del PP, pero sí, demasiado pocas, en eso tienes toda la razón, por desgracia mucha gente confunde la ideología con la verdad (nada nuevo bajo el sol). Aun así, siendo imperdonable el aborto en cualquier forma, mucho peor es esta nueva ley por aprobar que la vigente, porque en la antigua el aborto sigue siendo un delito aunque nunca se detenga a nadie, mientras que en la nueva es un «derecho» (sic). Así que hay un motivo obvio para que esta vez haya más movilización que antes.
– Por cierto, que excusarse en que «antes con el PP no había manifestaciones» es patético y muestra una absoluta falta de argumentos ya que no entra en el fondo del asunto sino que se pretende ir «de víctimas» (no lo digo por tí, sino por los políticos que lo han dicho).
– Por último, ¿qué argumento es ése de «comparar legislaciones»? Si entre dos malas legislaciones que permiten un crimen la nuestra está mejor hecha, ¿qué salimos ganando? ¿Somos más modernos, inteligentes y guapos por eso? Más bien somos más idiotas si nos guiamos por esa idea. El progreso no es hacer como Vicente que va donde va la gente, sino saber hacia dónde se va. Si otros países han caído en el error de buscar el voto fácil creando un derecho sobre la posible muerte de terceros, es su problema y el de sus ciudadanos. Y dicho sea de paso, es ignorar la evidencia científica, esa Ciencia que tanto ponen por delante de todo y «en contra» de la religión cuando les interesa, pero que en este tema todo el mundo «progre» (en el peor sentido de «progre») se la pasa por el arco del triunfo. Peor hipocresía me parece esa, francamente.
02/04/2009 a las 13:08
Thomas, no te confudas.
Los provida llevamos 25 años trabajando. Hemos realizado manifestaciones, sentadas, concentraciones, denuncias, campañas, programas de atención a embarazadas… Otra cosa es que a veces los medios no hagan caso. Mira, hace casi 10 años la Iglesia condenó muy duramente la aprobración (por parte del PP) de la píldora abortiva, y en las parroquias había bastantes folletos al respecto. Otra cosa es que al diario El País o la SER les pareciera importante o no esa campaña.
Uno de los varios motivos por que no voto a Gallardón es porque regala píldoras abortivas a menores de edad. Y además he hecho campaña activa para que NO se vote a Gallardón.
Hace un año organicé una manifestación provida en la puerta del Sol. Algunos de los que este domingo leyeron en el estrado (Enrique Jaureguizar, Jesús Poveda, Paloma de Cendra, Esperanza Puente) leyeron en el estrado de la manifestación de hace un año. Nos quejábamos por igual contra Esperanza Aguirre y contra el Gobierno. Acudieron 3.000 personas aprox.
El año anterior organicé otra manifestación frente a la Consejería de Sanidad de Madrid, de Esperanza Aguirre. También entonces participó Jesús Poveda, un hombre que siempre hace activismo provida. Un hombre que ha recibido muchos palos de la policía.
Desde que soy pequeño recuerdo haber participado en actividades provida.
En 1985 hubo muchas manifestaciones, cartas al director en los periódicos… hubo una campaña importante contra el aborto. Pero el Gobierno no hizo caso.
En 1989 se organizó una candidatura provida para las elecciones europeas.
He visto varias veces cómo la policía disuelve de modo violento concentraciones (por supuesto pacíficas) de los provida delante de centros abortistas.
No te equivoques.
Además, la actual legislación española es la más permisiva de la Europa occidental, porque permite abortar con nueve meses de embarazo. En la práctica, es aborto libre, porque los certificados de «grave riesgo» se falsifican. En los demás países, los certificados no se falsifican, y el plazo para abortar no llega hasta los 9 meses.
Si de verdad te interesa el tema, te explico a qué viene esta nueva ley. Todo arranca a causa de unas cinco o seis denuncias que hemos presentado diversas entidades contra empresarios del aborto (ojo, alguna de esas entidades no me «simpatizan»). Después de cuatro años de investigaciones, hemos recogido pruebas contra ellos y los hemos llevado a los tribunales. Muchos pueden acabar entre rejas, y muchos centros de abortos podrían cerrar. Con la nueva ley, el Gobierno quiere evitar que vayan a la cárcel. El Gobierno protege a los presuntos delincuentes.