Carlos Semprún Maura – El sexo de los ángeles – Libertad Digital
Al contrario que en nuestro país, en Francia se permiten el lujo de reflexionar y reseñados líderes del PS francés se oponen a equiparar las uniones homosexuales al matrimonio, algo que ha sido asumido por la izquierda como un dogma en España. Entre ellos, Lionel Jospin. También en el Reino Unido Tony Blair se pronuncia en contra y en su tiempo lo hizo Clinton en EEUU.
En la batería de medidas que está tomando el PSOE no se ha visto un solo giro en la política económica del PP, no se ha diseñado ninguna propuesta de reforma de calado en la regeneración política, se ha seguido a pies juntillas lo diseñado por el PP en materia de sanidad, comunicación, pensiones, todavía no han hablado de reformar la legislación laboral… pero corría una prisa furiosa paralizar la LOCE, ampliar los supuestos del aborto, agilizar los trámites del divorcio y anunciar la regulación inminente del matrimonio homosexual.
Tal parece que a Zapatero, el dulce Bambi de antaño, le hubieran salido cuernos y estuviera en plena berrea, disfrutando del poder que da el decreto ley.
El talante y el diálogo es para aplicar con los ya convencidos, porque tiene narices paralizar una ley orgánica con un decreto ley. Es decir, no se ha dialogado todavía con nadie (padres, profesores y alumnos) pero se ha decidido por ellos qué se va a hacer con sus vidas el próximo curso.
Tiene narices también que este país quiera adelantar por la izquierda o la derecha (no se sabe) a todo el universo conocido y se proponga hacer la ley más irrespetuosa con los embriones humanos del mundo occidental. Creo que sólo Singapur nos supera en el planeta.
No se han parado a sopesar, como en el resto de los países, cuáles son las consecuencias de obrar así, qué mensaje se transmite a la sociedad, cuál es el objeto del matrimonio, si los embriones humanos merecen menos protección que una rata de laboratorio…
Parece ser que a la izquierda española tan sólo le queda como seña de identidad su radicalismo moral, un afán de subvertir los valores tradicionales y de cambiar a la sociedad. Lo que no sabe es para qué quiere cambiarla ni por qué. Una vez que lo hayan legalizado todo y todo lo hayan probado, ¿qué piensan hacer? ¿Qué ofrecen a cambio?