En las primeras horas tras el atentado se tildó a Behring Breivik de fundamentalista cristiano. Su actitud no es especialmente religiosa, tal como se puede deducir del «libro» de 1.500 páginas que publicó en Internet el día de la masacre. Como dice Introvigne es un «cristiano cultural», es decir, una persona cuya identidad cultural se radica en el cristianismo pero que no tiene necesariamente fe en la existencia de Dios.

Manel Gozalbo me hizo notar en un email que en la página en la que cuenta la reunión en Londres para fundar su orden masónica-templaria se hace una relación de los asistente. La lista dice:

Anonymous 1 – Nationality: English Protestant (Host)
Anonymous 2 – Nationality: English Christian atheist
Anonymous 3 – Nationality: French Catholic
Anonymous 4 – Nationality: German Christian atheist
Anonymous 5 – Nationality: Dutch Christian agnostic
Anonymous 6 – Nationality: Greek Orthodox
Anonymous 7 – Nationality: Russian Christian atheist
Anonymous 8 – Nationality: Norwegian Protestant (member and proxy for 9)
Anonymous 9 – Nationality: Serbian Orthodox (by proxy, location: Monrovia, Liberia)

Un compendio de personas no especialmente religiosas, como puede leerse. Unas páginas más adelante se dedica a dar consejos para mantener la moral alta ante el cansancio que supone que tendrán sus comilitones y la idea de morir por la causa. Entre sus consejos están los paseos en los que pensar, filosofar, meditar, escuchar música de la cantante Saga e incluso buscar el estímulo sexual. Todo aquello, resalta, que pueda dar placer y aumentar la serotonina aunque vaya en contra de las enseñanzas bíblicas.

En la página 1403, en una entrevista que se hace a sí mismo y en la que se pregunta si es religioso, comenta que no se crió en una familia cristiana sino que le dieron la libertad de hacer lo que quisiera y, cuando cumplió 15 años, decidió bautizarse y confirmarse en la iglesia luterana noruega, la mayoritaria en su país. Es decir, no estamos hablando de un hombre que ha sido educado en el cristianismo. Tras hacer una serie de consideraciones sobre lo corrompidas que están en su opinión las iglesias protestantes y la católica, aunque piensa que se debe llegar a una sola iglesia presidida por el Papa, contesta lo siguiente:

Regarding my personal relationship with God, I guess I’m not an excessively religious man. I am first and foremost a man of logic. However, I am a supporter of a monocultural Christian Europe.

Es decir:

En lo que se refiere a mi relación personal con Dios, creo que no soy un hombre excesivamente religioso. Soy en primer lugar y sobre todo un hombre de lógica. Sin embargo, soy partidario de una Europa cristiana monocultural.

Su mentalidad de lo que esa Europa cristiana monocultural es tiene rasgos fantásticos. Una sola iglesia que será presidida por un papa que llame a una nueva cruzada, una iglesia con fronteras, como se ve. Behring Breivik no tiene mucha formación cristiana y menos católica. Rechaza el magisterio de los últimos papas, incluido el actual, por su tolerancia, por alentar la mutua comprensión entre los pueblos. En concreto dice en la página 1327:

As of now, no Pope have even attempted to reach out to all European military leaders and demand action against the cultural Marxist/multiculturalist elites who have implemented given ideology. Pope Benedict has a responsibility to act against the deliberate and systematical annihilation of European Christendom. Yet he has not even tried to do anything of significance. When we, the cultural conservatives of Europe seize power in approximately 5-7 decades, we will take the necessary steps to eradicate the corruption which is continuing to plague the Church (both the Catholic and Protestant church). We must ensure that we have Christian leaders who believe in; self defence, protection of Eastern Christendom and the protection of Christians worldwide.

El «libro» de Behring Breivik necesita del análisis, sobre todo, de un psiquiatra.

Aprovechamiento partidista del terrorismo

Los medios de comunicación difundieron durante varios días la idea de que el terrorista era un fundamentalista cristiano, ahora no difunden con tanta insistencia su ideología, ahora precisamente que hay más datos. La búsqueda de la simplificación y de la etiqueta de titular está arrasando con la información: no interesa la verdad, sólo el estereotipo y justamente el estereotipo funciona a base de prejuicios y de ignorancia. Los medios le están haciendo el trabajo a los «ideólogos» del odio.

Harían bien esos medios en no alentar el enfrentamiento, en desterrar prejuicios y en evitar que a la violencia de Behring Breivik se responda con violencia de otro signo. La idea que hay que combatir no es la cristiana, ni la musulmana, ni la socialista, ni la conservadora; la línea que no se ha de traspasar es la apelación a la violencia como arma política-religiosa. No parece difícil de entender, pero para algunos periodistas es imposible.