El genetista James Watson afirma que los blancos son más inteligentes que los negros

Este señor sabe mucho de ADN, lo ha descubierto él. Sabe tanto que posiblemente no haya nadie que sepa tanto como él. Sin embargo, se nota que es de lo único que sabe y que tiene el conocimiento tan mal asumido que le hace decir una estupidez como la que ha dicho.

Es tí­pico de la mentalidad cientifista el querer calibrar al ser humano en los microscopios: se pierde la visión de conjunto y se desprecia cualquier saber que no vaya a través del laboratorio. No es el único. Abundan en nuestra época los «científicos» metidos a dioses, algunos hasta de ministros, pontificando sobre lo que cae fuera de su campo de conocimiento y no sólo diciendo sino decidiendo sobre las vidas humanas como si fueran ratones de laboratorio.

Actualización:

En Aceprensa, sobre el mismo tema.

Pero las opiniones de Watson, las que causan indignación y las que tantos reciben con la reverencia debida a un Nobel, vienen de la misma raíz. Watson suscribe una ideología materialista que ve en el hombre un mero producto de la evolución y considera los derechos humanos como estipulaciones del contrato social. Si, por no admitir en las personas la presencia de un espíritu trascendente a la dimensión biológica, no ve inconveniente en eliminar a las que sufran graves defectos congénitos, no se le puede acusar de incoherente cuando niega la igualdad de las razas por creer que existen diferencias genéticas.

Desde luego, adherirse al materialismo no por fuerza hace a uno racista; pero no ayuda a evitarlo. Algo de razón tiene Watson cuando atribuye a la religión posturas contrarias a varias de las suyas. La igual dignidad de todos los seres humanos no era sostenida por casi nadie antes del cristianismo; unos que hace más de dos siglos la proclamaron solemnemente no la basaron en el ADN, del que no tenían noticia, sino en que «todos los hombres nacen iguales y dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables»; los negros empezaron a ser librados de la esclavitud merced a los «prejuicios» de unos cuáqueros.

Con sus declaraciones sobre los negros, Watson no se ha desdicho de su ideología materialista: sólo ha mostrado de ella la cara más fea.

Actualización bis:

Claudio, de Diccionario para Náufragos, pone un comentario que no debéis perderos. A Watson no es que le falte un tornillo, es que sigue una lí­nea eugenésica desde hace muchos años, también por el laboratorio que dirigía en EEUU. Más, aquí­.