La eutanasia filmada que nunca existió · ELPAÍS.com
«Miguel Núñez murió delante de una cámara. Porque así lo quiso. Lo hizo para denunciar la hipocresía que él veía en una sociedad que rechaza la eutanasia. Activo luchador antifranquista, eligió día y hora para poner final a su vida cuando supo que su enfermedad era irreversible». Pues no. Ni eligió día y hora, ni murió delante de una cámara. Los lectores que el domingo 7 de junio leyeron el reportaje La muerte digna de una vida digna, publicado en El País Semanal pudieron concluir que a Miguel Núñez se le había practicado la eutanasia. Del reportaje se deduce que se le inyectó una sustancia que le causó la muerte y que la cámara estaba allí cuando eso ocurrió, lo cual estaría en perfecta sintonía con el pensamiento de Miguel Núñez, miembro de la asociación Derecho a Morir Dignamente, que propugna la despenalización de la eutanasia.