El miércoles la presentadora de TVE Ana Pastor escribió en su cuenta de Twitter: @anapastor_tve

Sabías que 4 millones de mujeres desaparecen cada año? Vía @3500M

Fui a ver qué era esa cuenta de 3500 y pertenece a un blog de El País centrado en cuestiones de pobreza femenina. El tweet era el siguiente:

@3500M 3500 millones: Cuatro millones de mujeres desaparecen cada año, ¿lo sabias? Piensa en ello… http://ow.ly/6Amnq

Entre los cuatro millones de mujeres desaparecidas contaban con las niñas muertas por aborto selectivo en China y otros países asiáticos y africanos.

Le contesté a Ana Pastor lo siguiente: @anapastor_tve entre otras cosas por culpa del aborto selectivo.

No me respondió.

Felicito públicamente a El País por escribir ese reportaje sobre el pisoteo de la vida humana que supone el aborto y la pieza que la sección de Internacional publicó a las pocas horas:

Más de dos millones de mujeres ‘desaparecen’ cada año
El feticidio de niñas se extiende al Cáucaso y a los Balcanes

En lo escrito en este último se califica como «odiosa» la práctica del aborto selectivo Pero me pregunto: ¿qué recorrido mental se sigue para abominar del aborto en China, Cáucaso y Balcanes mientras se apoya su extensión en España? ¿Cómo se come que uno se rasgue las vestiduras por deshacerse de algo que no es un ser humano según la doctrina Aído? ¿Por qué es odioso el aborto selectivo de niñas y no el de discapacitados?

Esto me recuerda a un texto que no puedo encontrar pero que leí a principios de los 90 en The Washington Post. Era de una columnista pro-choice que había sufrido un aborto espontáneo y estaba profundamente deprimida. El bebé era una niña. El artículo era una batalla consigo misma para saber por qué estaba deprimida y triste por haber perdido a su niña, cuando ella había siempre mantenido que aquello no era una vida humana. La conclusión que ella misma se daba era que su depresión estaba justificada por las expectativas que esa vida había creado en ella. Punto pelota. Lo que se dice un ego.

Veo que Santiago González también lo trata en su blog.